martes, 17 de junio de 2008

Cosas de maac

Cuando yo me iniciaba en la música vocal estábamos en ese período de transición entre el vinilo y el CD. Ni que decir tiene que no tenía ni idea, me guiaba por intuición, mis primeras óperas en vinilo fueron Otello -el de Barbirolli con McCracken, Jones y Fischer-Dieskau-, a los pocos meses me sabía el libreto de memoria, Turandot -Mehta, Sutherland, Pavarotti, Caballé, Ghiaurov- y unas Nozze por Böhm -Fischer Dieskau, Mathis, Janowitz, Troyanos, Prey-, también recuerdo una cassette con arias de Caballé del sello DG en la que aparecían, entre otros fragmentos, "Depuis le jour", la escena final de Salomé con Berstein y un dúo, el único, de Manon Lescaut junto a Domingo. En la radio, mientras estudiaba escuchaba música en Radio Clásica, entonces se llamaba Radio 2. Hubo un nombre que comenzó a quedárseme grabado: Elisabeth Schwarzkopf. Comencé a trabajar los fines de semana para poder pagarme mis pequeños vicios y, como no, los estudios. Con unos ahorrillos que tenía en el bolsillo a costa de tomar unas cuantas cervezas y "cuba-litros" de menos una tarde salí de casa dispuesto a comprarme un CD y tenía que ser de la señora esa, la tal Schwarzkopf, me daba igual lo que fuera con tal de escucharla a ella. Y cayó en mis manos un disco editado por EMI que se titulaba "Schuman/Schubert/Strauss: Lieder. Elisabeth Schwarzkopf". No me lo pensé dos veces, eso es lo que yo quería. Al llegar a casa lo escuché una y dos y tres veces, y más y más, y todos los días mientras estudiaba. Ni idea de lo que decía la Schwarzkopf, me gustaba su voz y manera de cantar, con eso me bastaba. Al final los melodías y textos pegadizos como "Ich wollt', ich wär ein Fisch, so hurtig und frisch; und kämst du zu anglen, ich würde nicht manglen. Ich wollt', ich wär ein Fisch, so hurtig und frisch" comenzaron a resultarme familiares pero seguía sin enterarme de lo que esas palabras significaban. Sin darme cuenta yo mismo me había introducido en el mundo del lied.

Escuchamos a Elisabeth Schwarzkopf en Liebhader in allen Gestalten, D. 558 de Schubert acompañada de Gerald Moore.




Después vinieron muchos discos de recitales y muchas óperas, excepto de Wagner, no me atrevía a comparme nada compuesto por él, la gente decía que eran tan complicado y pesado que ni se me ocurría. Pero llegó un día en que decidí que había que intentarlo: Tristan e Isolda era la ópera que más me sonaba y ¿Qué versión? En un libro había leído que la de Böhm que estaba editada en Philips con una tal Nilsson y un tal Windgassen, y esa es la que compré. La escuché y me pareció -al margen del Preludio, el Liebestod, momentos del dúo del segundo acto como la intervención de Brangäne...- un rollazo tremendo. Pero maac no se rendía tan fácilmente, algo tendrá si hay gente a la que le gusta tanto. Y me la puse un día y otro día y otro día... Nada. No tiré la toalla, mientras estudiaba tenía el Tristán, bajito, de música de fondo. Un buen día se me fue la cabeza de los apuntes a lo que estaba escuchando, eran la Nilsson y Ludwig en el primer acto. ¡Pero qué cosa más hermosa! Esa música que tantas veces había escuchado sin prestarle la más mínima atención me parecía ahora algo extraordinario, y repetí la audición de ese fragmento infinidad de veces, el goce era cada vez mayor. Además esa grabación cuenta con el atractivo particular y romántico de que se grabó unos dos meses antes de nacer yo, y aunque no sea lo más importante, con una carátula preciosa.



Eschuchamos ahora la tercera escena del primer acto de Tristan e Isolda por Christa Ludwig, Birgit Nilsson dirigidas por Karl Böhm en el Festival de Bayreuth de 1966




6 comentarios:

  1. Qué casualidad maac. Llevo tres días volviendo del trabajo con este Tristan. Me regalaron el ladrillo de la DECCA y sin ningún genero de dudas, este Tristan es lo mejorcillo.

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  2. A mí me encanta la energía que le imprime Böhm, en las intervenciones de Nilsson y Ludwig saltan chispas por todos lados. Me vuelve LOOOOCOOOO. Y se complementa a la perfección con la elegante autopsia del Tristán que hace Furt porque es la antítesis. Son la cara y la cruz, si vas alternando la escucha de uno y otro siempre se tiene, con cualquiera de los dos, la sensación de algo novedoso. Ahora mismo no sabría decir dos grabaciones entre las que experimente esa misma sensación.

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  3. me gustan con locura los dos, pero permíteme recomendar el Tristan de Bayreuth del 52 con Karajan en estado de gracia + Mödl (impresionante) y Vinay. ME ENCANTA. Es la tercera versión imprescindible y alguna otra, pero por otros motivosk, con el mejor director actual para Tristan, Baremboin y la Meier (ya sea Bayreuth o la de la Scala).

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  4. Recuerdas el Acto II de Tristan e Isolda en el Palau, el año pasado?

    Waltraud Meier es la mejor Isolde actual, no? Al menos a mi me encanta. Lo pudiste ver Ximo, en el Palau? Dentro de poco yo la volveré a ver en directo y estoy expectante.

    Voy a dejar de luchar con el rapidshare y a guardar las pocas energías que me quedan para estar en forma en Sigfrido.
    Gracias, again.

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  5. Con aquel vestido amarillo... Claro que lo recuerdo y es que además, impulsado por unos amigos, me hice una foto con ella, algo que sólo he hecho en dos ocasiones. Tiene esta mujer un magnetismo único, algo que te atrapa, en cuanto aparece los ojos van hacia ella, sobre todo si el vestido es amarillo con toda la leyenda negra que hay sobre este color y el espectáculo.
    Al año que viene vendrá con los Vier Letzte Lieder pero, a diferencia de los que le hemos escuchado recientemente, en versión orquestal.

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  6. Su voz es para orquesta, al piano pierde. Seguro que voy y dentro poco - diez dias- la veré en directo. Y ahora si que me voy que llego tarde. Bye

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