martes, 21 de enero de 2014

Adiós, Claudio


Tras prácticamente dos meses sin publicar en el blog, la muerte de Claudio Abbado me ha impulsado a hacerlo y rendirle un pequeño homenaje. Los aficionados tenemos pocas ocasiones para relacionarnos directamente con los grandes intérpretes, aunque sea a través de pequeñas acciones. Nunca olvidaré cuando, siendo estudiante, mientras intentaba ganarme unos durillos trabajando esporádicamente en algunos hoteles de Valencia, coincidí con el maestro Abbado en uno de ellos durante varios días. Se encontraba allí para trabajar con la Gustav Mahler Jungendorchester. Era divertido atravesar los pasillos de las primeras plantas del hotel, o incluso entrar a los salones si era necesario, y encontrarse con la orquesta ensayando oberturas de Rossini bajo la dirección del músico milanés.  Cuando conseguía entrar en alguna de esas estancias, pues no había ningún tipo de control y cada día iban cambiando según la disponibilidad de salones, intentaba alargar la estancia lo máximo posible para disfrutar de algo que yo consideraba un privilegio. Todos los días, cuando me ponía el uniforme del hotel, introducía en el bolsillo del pantalón el librito de la caja del Pélleas et Melisande que Abbado había dirigido con la Filarmónica de Viena para DG con objeto de conseguir que el director me lo firmara, y todos los días regresaba a casa sin la rúbrica. Un día, durante el turno de comedor  conté a mis compañeros las historia del librito que iba y venía de casa al trabajo y del trabajo a casa, y una tarde, al atravesar uno de los pasillos del hotel escucho que un compañero, al que seguramente habían tocado mis palabras, me llama, "Miguel, ¿es éste?", me giro y veo como me está señalando a Claudio Abbado con el dedo; con una vergüenza, más ajena que propia, no tuve más remedio que contestar que sí, que era él, "pues ven que te lo firma", añadió mientras el bueno de Abbado me sonreía jovialmente, así conseguí el único autógrafo que tengo de un director de música, de uno de los grandes directores del siglo XX. Por eso y por muchísimas razones más, Claudio Abbado siempre permanecerá en mi recuerdo.





4 comentarios:

  1. Esta preciosa nota me ha compensado el seguir pasando fielmente por aquí. Casi más lujo el recuerdo que la firma, seguro.

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  2. Emocionante recuerdo. Gracias por compartirlo.
    El video, imprescindible.

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