Cuando mi madre me dejaba encargado de hervir la pasta, poner huevos a cocer, echar el arroz, hervir verduras, vigilar un pastel en el horno, etc... mi problema era saber el tiempo que se necesitaba en cada cocción. Era una tarea de muchísima responsabilidad puesto que cuando llegaban las 14:30 horas y todo el mundo (es decir, mis padres, mi hermana y, como mucho, mi abuelo) aparecía por casa hambriento lo peor que podía pasar era no sólo toparse con el olor a chamusquina sino tener que comerse aquello. Mi madre siempre me indicaba el tiempo y, para que no se me olvidara, inventé una solución, que supongo que más de uno la habrá empleado, consistía en buscar una pieza musical que coinciera en el minutaje con el tiempo de cocción de cada alimento, por ejemplo, un Liebestod, 9 minutos aproximadamente -aunque depende de las versiones-, podría servir para cocer un huevo, el Preludio del Acto 1 más el Liebestod resultaría ideal para saber cuándo el arroz se ha cocido.
Hoy tengo diez minutos y dos opciones:
a) OPCIÓN A: Si quieres reflexionar y lo quieres hacer con un fondo musical.
Escuchando el audio que hay más abajo lo lograrás, el tema sobre el que versará la reflexión es libre, podría ser incluso sobre la propia música o sobre tu respiración, yo recomendaría que se empleara en algo tan sencillo, y a veces tan complicado, como relajarse y/o descargar la tensión acumulada.
Escuchando el audio que hay más abajo lo lograrás, el tema sobre el que versará la reflexión es libre, podría ser incluso sobre la propia música o sobre tu respiración, yo recomendaría que se empleara en algo tan sencillo, y a veces tan complicado, como relajarse y/o descargar la tensión acumulada.
b) OPCIÓN B: Si quieres cocer unos huevos.
Asegúrate que el agua está hirviendo, echa los huevos en ella, dale al play y cuando la pieza haya dejado de sonar, los huevos estarán cocidos.
Asegúrate que el agua está hirviendo, echa los huevos en ella, dale al play y cuando la pieza haya dejado de sonar, los huevos estarán cocidos.
CHOPIN. 2º mov. del Conc. para piano y orquesta nº 2. Larghetto
Rafal Blechacz
Royal Concertgebouw Orchestra
Dir. Jerzy Semkow
Medita bien tu decisión, algunas reflexiones pueden llegar a ser contraproducentes. El autor del blog (venga, maac, no me seas tan rimbombante)... maac no se hace responsable de las consecuencias que esta entrada pueda tener en las mentes de lectores atormentados.
Hola Macc, cuando estoy en la cocina y tengo que cocer, pasta, patatas, etc, me guio del reloj, ni siquiera rezo el credo al hervir los huevos.
ResponderEliminarLa música me gusta escucharla relajada, pero no obstante voy a probar con Chopin, a ver si resulta.
Saludos
Contraproducente no es la palabra, porque me has hecho entrar en trance, y para cuando he vuelto los huevos estaban carbonizados, la cacerola para tirar y los vecinos a punto de llamar a los bomberos. Digamos que es una entrada peligrosa.
ResponderEliminarBromas aparte, este Blechacz tuyo toca de miedo.
Bueno, yo me basto con el reloj, igual que Contrapunto. Está claro que la buena música sirve para todo.
ResponderEliminarPues yo no sé cocinar sin música. Así que los huevos hechos, pero ahora hay que pelarlos, más música..Eso sí, hay que ponerla a tope: fritura, campana, lavado, se comen las notas y no te relajas nada.
ResponderEliminarJajaja la idea es la que dice José Luis, olvidarse de los huevos mientras suena la música, pero una vez que acaba conviene ir a apagarlos.
ResponderEliminarBueno, me siento como si hubiera ganado Eurovisión, pero en la encuesta vamos perdiendo por primera vez (yo y los míos) y estoy muy disgustado. Si soy de los tuyos, y tu de los mios, tenías que haberla cerrado antes.
ResponderEliminar¿Y esta pasta? ¿De dónde ha salido?
ResponderEliminarEl blog, que se viste de Navidad.
ResponderEliminarPreciosa pieza y genial interpretación.
ResponderEliminarAy, que se me ha olvidado apagar el fuego...
Y lo mal que huelen los huevos duros cuando se pasan... La razón por la que está esta música es esa, la pieza es preciosa y la interpretación me pareció muy buena, pero uno nunca sabe, intuye, ya que sobre música sinfónica soy bastante pardillo.
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