Diecinueve años tenía Gabriel Fauré (1845 - 1924) cuando compuso el Cantique de Jean Racine Op. 11 (1864) para instrumentos de cuerda y arpa o para órgano/piano y coro. Su título proviene del autor del texto, Jean Racine (1639 - 1699), en realidad se trata de una traducción de un himno medieval en latín titulado "Consors paterni lumini" atribuido a San Ambrosio y que forma parte de la liturgia de las horas, concretamente para los maitines (oración de la mañana) del miércoles. Nosotros lo hemos escuchado en la versión para órgano (Stephen Farr) y coro (el de la catedral de Winchester dirigido por David Hill) y si no nos ha elevado espiritualmente, al menos ha hecho que nos reconciliemos con el mundo ¿o no?
Gracias Maac, no lo conocía.
ResponderEliminarLo estoy oyendo mientras desayuno y, sí, es una buena manera de empezar la mañana. :-)
Ma-ra-vi-llo-so. Muchas gracias por recordarnos que hay vida más allá del Requiem.
ResponderEliminarEs hermoso, yo canto en el coro al que pertenezco y es hermoso, aun mas escucharlo.
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