En el teatro de la Monnaie de Bruselas, un 25 de agosto de 1830, se representaba La Muette de Portici dentro de las celebraciones del 59 cumpleaños del rey Guillermo I (soberano de los Países Bajos: las Provincias Unidas -Frisia, Groninga, Güeldres, Holanda, Overijssel, Utrecht Zelanda- y Bélgica, que se había declarado rey del Reino Unido de los Países Bajos en 1815 ). El público belga, que veía cómo la monarquía discriminaba los Países Bajos del Sur en favor de los del Norte (por poner un ejemplo, nadie podía presentarse a un empleo sin conocer el holandés) se vio contagiado por el argumento de la obra basado en la revuelta del pueblo napolitano contra la dominación española en el siglo XVII. Cuando finalizó la representación, los espectadores se levantaron, repitiendo: "A las armas, a las armas". Este grito corrió como un reguero de pólvora entre la multitud que salía del teatro gritando: "Al Nacional! Al Nacional!", extendiéndose por las calles, se dirigieron hacia las oficinas del periódico orangista de Libri Bagnano -redactor principal del Nacional, que apoyaba las pretensiones del rey Guillermo contra los liberales y sus aliados católicos belgas.- e incendiarion su imprenta. Esta revuelta daría lugar a la declaración del estado independiente de Bélgica el 4 de noviembre de ese mismo año.
Escucharemos uno de los fragmentos más patrióticos de La Muette: "Mieux vaut mourir... Amour sacrée de la patrie" el dúo entre Masianello, Alfredo Kraus, y Pietro, Jean-Philippe Lafont. Con cosas así sí que dan ganas de invadir Polonia:
MASANIELLO et PIETRO
Mieux vaut mourir que rester misérable!
Pour un esclave est-il quelque danger?
Tombe le joug qui nous accable.
Et sous nos coups périsse l'étranger!
MASANIELLO
Me suivras-tu?
PIETRO
Je m'attache à tes pas,
Je veux te suivre à la mort ...
MASANIELLO
A la gloire!
PIETRO
Soyons unis par le même trépas.
MASANIELLO
Ou couronnés par la même victoire.
MASANIELLO et PIETRO.
Mieux vaut mourir que rester misérable!
Pour un esclave est-il quelque danger?
Tombe le joug qui nous accable,
Et sous nos coups périsse l'étranger!
Amour sacré de la patrie.
Rends-nous l'audace et la fierté;
A mon pays je dois la vie;
Il me devra sa liberté.
MASANIELLO
Songe au pouvoir dont l'abus nous opprime,
Songe à ma sœur arrachée à mes bras!
PIETRO
D'un séducteur peut-être elle est victime?
MASANIELLO
Ah! quel qu'il soit, je jure son trépas!
MASANIELLO et PIETRO
Mieux vaut mourir que rester misérable!
Pour un esclave est-il quelque danger?
Tombe le joug qui nous accable,
Et sous nos coups périsse l'étranger!
Amour sacré de la patrie.
Rends-nous l'audace et la fierté;
A mon pays je dois la vie;
Il me devra sa liberté.
Estos fragmentos belicistas que, a veces, se dan en las óperas me dan un poco de miedo y los suelo escuchar con bastante respeto -fue el detonante de una revolución, ahí es nada-. Este en concreto me gusta bastante y como quiera que es para defender la libertad de un pueblo frente al opresor ("mieux vaut mourir que rester miserable" que equivale, más o menos, a más vale morir de pie que vivir de rodillas, la célebre frase de Zapata) lo digiero medio bien, pero siempre hay algo que me chirría, como la frasecita esa de "sous nos coups périsse l'étranger!" Todo esto me lleva a reflexionar sobre lo vulnerables que somos los seres humanos, capaces de exaltarnos con una simple melodía, aunque también es verdad que para que esto ocurra tiene que existir un trasfondo detrás que te haga coger impulso para que cuando se suelte el resorte se desencadenen las consecuencias, como dice el famoso aforismo jurídico, "la causa de la causa es la causa del mal causado". Con lo cual el problema está más en el hombre que en la propia música. Y hasta aquí llegó mi reflexión filosófica que, aunque es barata, acabó con mis dineros.
La ópera, basada en un libreto de Eugène Scribe y Germaine Delavigne, estrenada en el Teatro de la Ópera de París el 28 de febrero de 1828, es una auténtica tragedia. La acción tiene lugar en 1647 en Portici, un pequeño pueblo pesquero de la bahía de Nápoles, con el Vesubio de fondo. Fenella, una danzarina muda, traicionada en el amor por Alfonso, duque de Arcos, que intenta casarse con una princesa, provoca una revuelta contra los opresores españoles capitaneada por el hermano de la joven, Masianello, que en un determinado momento tiene que ayudar a Alfonso, es envenenado y asesinado al ser considerado traidor por sus compatriotas, lo que provocará que Fenella se arroje al Vesubio en erupción o se arroje al mar (desaparezca en el abismo, según dice el libreto). La Muette fue una ópera de muchísimo éxito en la Europa convulsa de la primera mitad del XIX, pero terminó cayendo en el olvido. Hoy en día el fragmento más famoso de la ópera parece ser la obertura, la escucharemos en la misma versión que el dúo, la aparecida en EMI con la Orquesta Filarmónica de Monte Carlo bajo la dirección de Thomas Fulton:
Esta mañana me he paseado por un panorama blogero, gris, pesimista e incluso abismalmente negro.
ResponderEliminarPor fín encuentro algo que me hace saltar.
La obertura es de un rossiniano total y la marcha, efectivamente invita a invadir Polonia, pero una invasión diferente a la que ya conocemos.
Por otro lado, algo pasa en el editor del blog, que el Youtube (supongo que lo es), solamente se ve la parte posterior, suficiente, eso si, para pinchar y escuchar. Raro, ¿no?.
Por cierto, la publicidad no funciona el domingo por la mañana. Mucho mejor.
Gracias por hacerme saltar
Muy buena, pero para invadir a mi me basta con el Don Carlo.
ResponderEliminarJoaquim, está hecho a propósito lo del Youtube, no era muy interesante la imagen y además ocupaba sitio en la entrada.
ResponderEliminarCon el Don Carlo lo que dan ganas es de invadir el escenario para soltar alguna hostia a alguien.
maac, muy deprisa demasiado, estoy leyendo tus últimas entradas,y peor, porque todavía no he podido poner el oído en ellas,... pero es que esta tarde me has hecho reir a gusto y comparto lo del Don Carlo, que gustándome muchas cosas de él,me acerco también a tu apreciación...
ResponderEliminarbesos