sábado, 21 de abril de 2012

MASSENET - "Le Cid" - Una ópera casi olvidada.

Cartel par la primera representación de "Le Cid" de Massenet en 1885.
En 2012 se cumplen cien años del fallecimiento de Jules Massenet (1842-1912) hace unas semanas se programó una muy interesante Thaïs escenificada y los días 24, 27 y 30 de abril el Palau de les Arts clausurará la temporada 2011-2012 ofreciendo en versión concierto otra de sus óperas, Le Cid, lo que puede considerarse una uténtica rareza, lástima que por problemas presupuestarios se tenga que prescindir de la escena. El reparto es muy atractivo por la presencia del joven tenor tinerfeño Jorge de León en el papel de Rodrigo yen el de Jimena la soprano ucraniana Lyudmila Monastirska, que ha arrasado en Londres como Lady Macbeth (Verdi), una voz de las que epatan por su tamaño, es homogénea y bastante controlada para ser la de una soprano dramática, en la dirección musical tendremos al que otrora fuera defensor del protagonista de la ópera por esos teatros del mundo, Plácido Domingo.

Plácido Domingo como El Cid en Sevilla, 1999.

Le Cid tuvo bastante éxito desde su estreno en el último tercio del siglo XIX pero a lo largo del siglo XX fue olvidándose y ha terminado desapareciendo del repertorio habitual (si alguna vez estuvo en él), a partir de la segunda mitad del siglo XX han habido algunas representaciones destacables como la que tuvo lugar en versión concierto en 1976 en el Carnegie Hall con Plácido Domingo y Grace Bumbry, que fue grabada y publicada comercialmente, las de 1994 en el Festival Massenet (Saint Étienne, Francia) con Chris Merrit y dirección de Fournillier, 1999 en Sevilla con Domingo, Matos y Furlanetto bajo la dirección de Garcia Navarro, 2001 en la ópera de Washington (que co-produjo Le Cid del Maestranza) otra vez con Domingo, 2008 en Zurich bajo la dirección de Plasson con Cura, Kabatu e I. Rey, y 2011 en la Ópera de Marsella  con el debut en el rol de Roberto Alagna con Beatriz Uria-Monzón como Jimena, la dirección musical corría a cargo de Jacques Lacombe y la escénica de charles Roubaud y estaba ambientada en la España de la Transición, la de la primera etapa del reinado de Juan Carlos I en la que se produce el enfrentamiento entre las fuerzas democráticas renovadoras y las conservadoras partidarias del mantenimiento del franquismo. Lo positivo de esta puesta es que acerca la historia al espectador del siglo XXI y pierde gran parte de la artificiosidad de una puesta clásica, lo negativo es que al encajarlo en una época histórica concreta chirría por varias partes (los milagros del apóstol Santiago, la guerra contra los moros).

Alagna interpretando a Rodrigo en Marsella, 2011.


Le Cid es una ópera en cuatro actos (diez cuadros) estrenada en París, Academia Nacional de Música (Opéra) el 30 de noviembre de 1885, con libreto de Adolphe d'Ennery, Louis Gallet y Edoard Blau, basado en “Le Cid” (1637) de Pierre Corneille que se basó en “Las mocedades del Cid” (1618) de Guillén de Castro, quien a su vez se basó en el romancero y éste en “El Cantar del Mio Cid “del siglo XII, que narra las hazañas del héroe nacional, épico, de la Castilla del siglo XI.

Para ubicarnos temporalmente en el momento en el que Massenet compuso Le Cid diremos que ya había escuchado La Tetralogía (Bruselas 1883) y que dentro de su producción de Massenet se sitúa entre Manon y Werther.

La leyenda del Cid se había convertido en España  desde la Edad Media en un mito histórico pero también literario y a lo largo del siglo XIX transpasó las fronteras españolas. Gracias a Corneille el pesonaje entró en la literatura francesa y europea; era un tema que al desarrollarse en una España medieval, mitad mora, mitad cristiana, resultaba exótico y además contaba con elementos misteriosos o sobrenaturales: visiones o apariciones, conformaban un cóctel muy apropiado para una ópera que podemos encuadrar en el romanticismo tardío. Centrándonos en el plano meramente musical entonces estaban de moda las composiciones que hacían referencia a lo hispano y que darían origen a obras como la Sinfonía Española de Lalo, España de Chabrier o la ópera Carmen de Bizet, por cierto, este compositor también estuvo tentado de componer una ópera sobre el personaje del Cid.

Mucha de la música que encontramos en la ópera de Massenet es de carácter marcial en la que el coro interviene casi como un personaje más dentro de la trama, este carácter militar se equilibra con algunos momentos de carácter más íntimo y psicológico (el dúo entre la Infanta y Jimena en el primer acto, la famosa aria de Jimena “Pleurez, pleurez mes yeux”...). Todo esto la convierten en una ópera muy original dentro la producción del compositor francés, no se llega a entender cómo es que después del éxito obtenido desde su estreno desapareciera del repertorio en el siglo XX, quizás la razón se deba a la dificultad de encontrar intérpretes para los personaejs principales, sobre todo para Rodrigo, un tenor heroico de escuela francesa y para Jimena, que se mueve en una tesitura fronteriza entre la soprano y la mezzo, una especie de soprano falcón.


EL ARGUMENTO
Le Cid comienza con una obertura que es una auténtica pieza sinfónica de considerable extensión, nueve minutos, se ha utilizado como pieza de concierto, en la misma se van sucediendo distintos temas que serán desarrollados en la ópera y a los que se les puede dar un nombre en función del momento al que hacen referencia: el de San Jaime, el del duelo, el del amor de Jimena, el del rey...

PRESENTACIÓN DE LOS AMANTES (JIMENA Y RODRIGO) Y DEL QUE SERÁ CONFLICTIVO PADRE. La acción del primer acto se desarrolla en Burgos, en una sala del palacio del conde de Gormas. Rodrigo, un prometedor joven, va a ser nombrado caballero por el rey y los amigos del conde, que están reunidos en casa del conde de Gormas comentan la noticia. Jimena, que entra en ese instante, está alegre, su padre es favorable a su boda con Rodrigo. El padre, por su parte, espera ser nombrado instructor del Infante heredero al trono, y así lo vaticinan sus amigos que con el Conde parten hacia el palacio real, dejando sola a Jimena. Entra la Infanta , Doña Urraca, que melancólicamente confiesa estar también enamorada de Rodrigo pero, afortunadamente para Jimena, su rango impide prometerse con un caballero de la baja nobleza, un infanzón, (Moi..., je n'ais pas le droit d'aimer!), con esto nos hacemos una idea del atractivo que el muchacho despierta entre las jovencitas de la corte.

RODRIGO ES NOMBRADO CABALLERO MIENTRAS SU PADRE ES DESHONRADO POR QUIEN ESTÁ LLAMADO A SER SU FUTURO SUEGRO . La segunda escena se desarrolla ante la catedral de Burgos, los presentes dan gracias por la victoria cristiana sobre los musulmanes, el Rey hace llamar a Rodrigo, que se presenta ante él, presta juramento de fidelidad y recibe su espada, entonces espada en mano entona el aria con coro “Ô noble lame étincelante” en la que se exige del tenor un canto “di forza” dando especial protagonismo a las armas y a la trompetas, después, con la invocación a Santiago y sobre todo al dirigirse a Jimena, todo se vuelve más lírico para finalmente volver al canto heroico y marcial:
Seguidamente el Rey da la noticia de que Don Diego, padre de Rodrigo, será el preceptor de la Infanta. El conde de Gormas y sus seguidores entran en cólera enfrentándose a Don Diego, éste es demasiado viejo y no puede responder, es desarmado y cae deshonrado, cuando llega Rodrigo el padre narra lo sucedido y exige venganza, Rodrigo está dispuesto a vengar a su padre, lo doloroso para él es que el autor de la afrenta es el padre de su prometida. El drama está servido.

LA VENGANZA DE RODRIGO Y LA CONVERSIÓN DE SU AMOR EN UN IMPOSIBLE. El segundo acto comienza con la tercera escena. Se desarrolla en una calle de Burgos junto a la casa del conde, es de noche. Rodrigo se plantea suicidarse como única salida a su situación puesto que si venga al padre pierde a Jimena y si no lo venga deja al padre deshonrado, en esas que aparece el conde de Gormas y Rodrigo venga al padre pero, a su vez, se siente derrotado, sabe que ha perdido a su amada. Aparece Jimena, que ya ha conocido el asesinato de su padre, busca al asesino de su padre para matarlo de su propia mano y cae desmayada cuando comprende que ha sido su prometido.

RODRIGO ES ENVIADO A LA GUERRA CONTRA LOS MOROS. La cuarta escena se desarrolla en una plaza de Burgos junto al Palacio Real, aparece Doña Urraca seguida por un grupo de doncellas y monjes, reparte limosna entre el pueblo, aparece el Rey y tiene lugar el ballet que está compuesto por una serie de danzas que tienen marcado sabor hispano. De pronto aparece Jimena implorando justicia al Rey, ante él pide la muerte de Rodrigo, el asesino de su padre, interviene Don Diego en defensa de su hijo y el pueblo se divide en dos bandos, los que piden el castigo para el joven caballero y los que lo justifican por haber defendido el honor de su estirpe. En medio de todo el jaleo llega un enviado de Boabdil retando a guerra a los cristianos. El Rey se ha quedado sin el jefe de su ejército, el conde de Gormas, y se lamenta por ello, entonces Don Diego tiene una brillante idea para salvar a su hijo y solicita que sea Rodrigo quien reemplace al conde de Gormas, convence a todos y el Rey accede, a todos menos a Jimena y a los amigos del conde, que siguen implorando justicia.

UN AMAGO DE RECONCILIACIÓN DE LOS AMANTES. La quinta escena inicia el tercer acto, se desarrolla en los aposentos de Jimena, es de noche. Es el momento del aria de Jimena, “Pleurez, pleurez mes yeux” en la que se lamenta de su triste destino, sin padre y sin esposo. Aparece Rodrigo, quiere ver a Jimena por úlitma vez antes de partir, los amantes parecen reconciliarse pero en última instancia Jimena se ratifica en que no cabe el perdón, sólo la venganza.

PARTE DE LAS TROPAS CRISTIANAS DESERTAN. La sexta escena se desarrolla en el campamento de Rodrigo, las tropas beben y cantan pero hay un sector que se niega a batallar y desertan, Rodrigo se queda con un grupo de fieles soldados.

APARICIÓN MILAGROSA DE SANTIAGO EL APÓSTOL. La tienda de Rodrigo sirve de decorado para la séptima escena, esta solo, abatido, lleno de incertidumbre sobre el resultado de la batalla, temiendo lo peor, se somete a los designios divinos con resignación (Aria de Rodrigo: “Ah, tout est bien fini... Ô souverain, ô juge, ô père!”), tiene una visión en la que se aparece la imagen de Santiago el apóstol mientras se oyen voces celestiales que le aseguran que él será el vecedor. Lo vemos por Alagna en Marsella (2011):


RODRIGO RITORNA VINCITOR Y JIMENA CAE RENDIDA A SUS PIES. La escena octava tiene lugar en el palacio real de Granada, don Diego ante la llegada de los desertores piensa que su hijo ha muerto. Se escuchan fanfarrias, Rodrigo no sólo está vivo sino que además regresa vencedor con un grupo de soldados, sacerdotes, prisioneros y cautivos. El rey ofrece a Jimena la carga de decidir el futuro del héroe, ella está indecisa por lo que Rodrigo toma la iniciativa y lleva la mano a su espada para suicidarse pero Jimena finalmente se entrega a él.

La ópera completa desde Marsella (junio 2011) con Alagna, Monzon, Mclaren, D 'Artegna, Pomponi dirigidos por J. Lacombe, subtitulada en francés la podéis ver aquí:


El libreto en francés y castellano se puede encontrar en http://www.orfeoed.com/opera/libretos/cid_lib.pdf

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por tu blog. Soy historiadora del Arte pero debo reconocerme bastante ignorante en temas musicales. Gracias al Palau me estoy aficionando a la Opera y gracias a tu blog nos mantienes informados CON TODO LUJO DE DETALLES de eventos musicos cantantes y toda la Historia de la Opera. hace ya un par de años que te sigo, sigue tu asi
    un saludo pz

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu amable comentario, espero que sigas siguiéndome por mucho tiempo, yo soy un simple aficionado que utilizo el blog también para aprender. Saludos.

      Eliminar