Un poco más y la joven, que cree muerto al novio, se nos pone los hábitos.
El segundo acto o segunda parte de Il Trovatore termina con un número en el que interviene el triángulo amoroso (Leonora, conde de Luna, Manrico) y el coro (religiosas, criados y guerreros), se trata de un concertante.
Pero antes de ese concertante hay una magnífica intervención de Leonora en forma de recitativo acompañado por una orquestación bastante tenebrosa, casi toda la ópera está salpicada de estos momentos oscuros. De este recitativo ya hablé en el número 1 de esta serie, pero no está de más volverlo a traer. Leonora es un personaje muy depresivo y pesimista, en sus palabras la muerte/el suicidio está siempre presente, así que en este instante. muy poéticamente, dirá que "un riso, un speranza, un fior la terra non ha per me! Deggio volgermi a Quel che degli afflitti è solo sostegno, e dopo i penitente giorni può fra gli eletti al mio perduto bene ricongiungermi un dì! Tergete i rai e guidatemi all'ara" (para mí la tierra siquiera tiene una sonrisa, una esperanza, una flor. Debo ir hacia Aquél que es el único consuelo de los afligidos, y tras días de penitencia, entre los elegidos, podrá conducirme un día hacia mi perdido amor) es que Leonora está dispuesta a meterse monja y abrir un paréntesis en su vida hasta que le alcance la tan deseada muerte que le permita unirse a Manrico en el Más Allá (¿no es como pensar en una muerte de amor?), se encamina con un cortejo de religiosas hacia el convento. Escucharemos ese maravilloso y fúnebre recitativo previo al concertante:
En ese momento se interpone el Conde que quiere raptarla y desposarla, pero entonces aparece Manrico para defenderla, ya tenemos todos los ingredientes del concertante final, que comienza con una bellísima, por lírica, y luminosa entrada de Leonora: "E deggio... e posso crederlo? Ti veggo a me d'accanto! È questo un sogno, un'estasi, un sovrumano incanto! Non regge a tanto giubilo rapito, il cor sospeso! Sei tu dal ciel disceso, o in ciel son io cor te? " (¿Y debo y puedo creerlo? ¡Te veo al lado mío! ¿Es esto un sueño, un éxtasis o un encanto sobrehumano? ¡No puede resistir una alegría mi corazón arrebatado y sorprendido! ¿Has bajado tú del cielo o estoy en él contigo?). Leonora, que creía muerto a Manrico, al verlo, no sabe si es que ella es fruto de un encantamiento, si es que el trovador ha descendido del cielo para salvarla y es un milagro o si ella ya ha fallecido y se reencuentra con él.Verdi hace que la soprano cante entrecortadamnte por la sorpresa que se le ha venido encima pero termina desplegando una frase de gran aliento lírico:
Esta melodía de entrada de Leonora será el Alfa y el Omega del concertante, Verdi la reutilizará en el cierre:
Y ahora escucharemos tanto el recitativo como el concertante de un tirón, esto es para hacer la ola a Verdi ¡¿no me digáis que no?!:
Tras el forcejeo Manrico consigue salvar a Leonora de las manos del Conde, la muchacha no terminará sus días en un convento.
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ResponderEliminarMuy elocuente, José Luis.
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