La sede de la Elbphilharmonie (Hamburgo) |
Los españoles tenemos una imagen de los alemanes radicalmente opuesta a la que ellos tienen de nosotros. Los alemanes nos parecen muy trabajadores y metódicos. Cuando po aquí alguien dice de un artilugio que es de fabricación alemana ya lo ha dicho todo, que puedan cometer errores en cuestiones de planificación o de utilización de recursos económicos o ecológicos nos parece pura utopía, esto no siempre es así.
Hamburgo duplica a Valencia en población y su área metropolitana tiene casi cinco millones de habitantes, por tamaño puede asimilarse perfectamente a Barcelona. Aunque no está a orillas del mar, se trata, como ambas, de una ciudad portuaria. En la entrada al puerto había un edificio rectangular de ladrillos de estilo neogótico que daba la bienvenida a los visitantes que llegaban por el río. Quedó destrozado por los bombardeos sufridos po la ciudad durante la Segunda Guerra Mundial reconvirtiéndose en un depósito de cacao.
La oficina de arquitectos suiza Herzog &De Meuron (CaixaForum Madrid, Allianz-Arena de Munich, Estadio Nacional de Pekín) se han encargado de reciclarlo convirtiéndolo en un gran parking, sobre él se está construyendo una estructua de cristal, colgante y luminosa, que albergará la sede de la Filarmónica del Elba (Elbphilharmonie) con tres salas de conciertos (con un aforo de 2.150 la principal, 550 la de cámara y 170 la de música experimental y ensayos), un hotel de cinco estrellas, viviendas de lujo y una explanada abierta al público situada a 37 metros de altura con vistas a la ciudad y su puerto.
La disposición de la sala principal está diseñada de modo tal que la orquesta estará en el centro y el publico se situará alrededor en distintos planos formando terrazas, como si fueran viñedos de la región francesa Ródano-Alpes. Con una acústica, diseñada por un ingeniero de prestigio, Yasuhisa Toyota, que promete ser sensacional.
Hasta aquí nada nuevo, un edificio que pretende ser emblemático, un icono para la ciudad. Situado, como la ópera de Sidney, al borde del agua; y como todo edificio de estas características, no está exento de polémica.
Se ha definido como las velas de un barco o una ola que se alza sobre la ciudad. A mí me parece espectacular, pero vamos a dejar de lado las cuestiones estéticas.
Estaba previsto que la sala de la Elbphilharmonie se inaugurara a finales de 2010 pero el edificio está todavía en construcción yse prevé que los primeros conciertos se den en septiembre de 2013. Retrasos.
El tema del aislamiento y la acústica se ha convertido en un vedadero quebradero de cabeza, les ha costado encontrar una solución para que los ruidos de las sirenas de los barcos y del ajetreo propio de los puertos no penetre en el recinto, así se ha tenido que diseñar una superficie especial que se ha venido en llamar "the white skin". Falta de planificación.
En el año 2005 se presupuestó la construcción en un total de 186 millones de euror, ahora el coste total se estima en 500 millones, de los que 323 proceden de entidades públicas. Sobrecostes.
¿No parece que haya tantas diferencias verdad? Pues hay una muy importante. En el parlamento de la ciudad-Estado alemana se ha creado una comisión para investigar el asunto de los sobecostes, algo impensable por estos lares. Tomemos nota.
Y ahora la audición del día. Si unimos música y Hamburgo es fácil pensar en Brahms:
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