La ópera termina en las habitaciones privadas del Dogo, las mismas que aparecieron en el primer acto. recordemos que es el único lugar en el que Franceso se siente en libertad y puede reflexionar. Contemplamos a un hombre totalmente hundido, se arrepiente de haber aceptado el cargo de Dux, el precio que ha tenido que pagar ha sido alto, tres de sus hijos muertos y el cuarto. al que ha sido incapaz de salvar, condenado al exilio. En esas que llega Barbarigo con una carta de un tal Erizzo en la que confiesa la autoria del asesinato del miembro de la familia Donato, Jacopo es inocente. Por fin un motivo para estar alegre, Francesco da gracias a Dios. Entra
Lucrecia,
"Ah, più figli, infelice, non hai" portando malas noticias. Francesco se desploma en el sillón, su hijo a muerto.
Lucrecia cree que ha llegado el momento de la venganza: "Tu hijo espera ahora tanta sangre como lágrimas derramó". Último momento de lucimiento para la soprano. Y nosotros hacemos aquí una pequeña pausa para hablar sobre la intérprete del personaje de Lucrecia Contarini.
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Marianna Barbieri-Nini estreno el papel de Lucrezia Contarini |
- VOLCALIDAD DE LUCRECIA CONTARINI-
Para cantar la parte de Lucrecia se debe tener una voz lírica pero con cuerpo, lo que viene a ser una soprano lírico-spinto, aunque en realidad lo ideal sería una dramática de coloratura con suficiencia tanto en el grave como en el agudo y con capacidad para resolver pasajes de agilidad, una especie de soprano hoy casi utópica, es muy difícil encontrar voces de estas características desde finales del XIX. El papel fue estrenado por
Marianna Barbieri-Nini, que también estrenaría después Lady Macbeth, había sido alumna de Giuditta Pasta, y al parecer poseía un agudo sentido dramático, extensión vocal, dulzura en el tono y una técnica ágil y sin defectos. Por el contrario, dicen que físicamente no era muy agraciada, su retrato lo corrobora, incluso se puede leer por ahí un chisme que tiene bastante recochineo: que la ópera que más le gustaba era
Lucrezia Borgia de Donizetti porque le permitía salir a escena con la cara tapada por un velo, esconder su feo rostro y conquistar al público con la belleza de su canto.
Escuchamos el aria de Lucrecia interpretada por
Leyla Gencer con Tulio Serafin en 1957, tendría que hacer un da capo, pero en la época no se estilaba, una pena:
Estimado Maac:
ResponderEliminarQuiero darte la enhorabuena por tu extraordinario trabajo sobre "I due Foscari". Generalmente, en la ópera, nos quedamos con la crítica de la interpretación, pero no existe un análisis serio de las óperas. Esta tarde, que he tenido tiempo, he seguido todo tu estudio y escuchado las audiciones seleccionadas. Me ha parecido fabuloso. Como aficionado me gusta "estudiar" y "escuchar" las óperas antes de oírlas en directo. Procuro documentarme y escucharla de la colección que tengo, y si carezco de ella, buscar una buena grabación. Tenía "I due Foscari" en mi colección, pero no la recordaba. Después de tu minucioso análisis creo que vamos a tener la oportunidad de escuchar una ópera muy interesante en la que Verdi anticipa lo que luego será clave en alguna de sus muchas obras maestras. Muy interesante. Le recomiendo a todo el mundo la lectura detallada de tus comentarios y la escucha de las audiciones seleccionadas. Seguro que los que podamos asistir al Palau de Les Arts en Enero/Febrero vamos a disfrutar mucho más así. Hay que conocer la obra, no sólo ir a ver y escuchar a Plácido Domingo.
¡Enhorabuena por tu colosal trabajo!
¡Muchas gracias por la detallada información que facilitas!.
Te deseo un muy feliz año 2.013 en el que espero se hagan realidad todos tus mejores y más deseados "sueños".
Un fuerte abrazo.
Un aficionado a la ópera.
Muchas gracias, y feliz 2013. Esto en realidad no es un trabajo, es un pasatiempo, era una ópera que no conocía y una manera de enfrentarse a ella es como he hecho, escribir sobre lo que escuchaba, tirando un poco de Google y otro poco de libros que hay por casa. Que pueda ser de utilidad a los demás me llena de satisfacción. Saludos.
ResponderEliminarPD: Yo también creo que no nos podemos enfrentar a las óperas de buenas a primeras, es mejor, pero no imprescindible, aunque desconozcamos el libreto, haberlas escuchado antes y que nos suene.