Uno de los recursos técnicos que hicieron de Farinelli un cantante mítico fue su capacidad para emplear lo que conocemos como messa di voce, consiste en atacar un sonido con un pianísimo casi inaudible e ir abriéndolo y haciéndolo más poderoso hasta el forte para después volver al momento inicial. Parece ser que la técnica alcanzada por Farinelli, apoyada en una especial configuración de sus pulmones, era tan asombrosa que había espectadores que pensaban que el castrado escondía un instrumento con el que mantenía el sonido mientras renovaba el aire. Para hacernos una idea, sin olvidar que la voz de contratenor no es comparable a la de un castrado ya que la castración en la niñez condicionaba sustancialmente el desarrollo físico de los castrados, escucharemos otra aria que interpretó Farinelli durante su estancia londinense, Alto Giove de la ópera Polifemo de Nicola Porpora. Recurriremos en esta ocasión a Philippe Jarousky. Yo creo que con estas dos muestras podemos intuir un poco cuales eran las características técnicas de este fantástico cantante, conocer su expresividad y características tímbricas es bastante más difícil.
Farinelli permaneció en Londres tres temporadas. A partir de marzo de 1735, cuando tuvo lugar la función en beneficio del propio castrado que se había incluido en su contrato, comenzó a tener problemas. Un sector de la sociedad londinense, molesta por sus elevados ingresos económicos, comenzó a acusar a Farinelli de ser uno de los más grandes corruptores de la sociedad inglesa. La prensa de la época llegó a hablar de él como un "animal anfibio", "un angustiado extranjero cuyos gritos" parecían ejercer "una especie de siniestro hechizo sobre las mujeres inglesas" y cuya "artificiosa y perniciosa voz sólo era apta para ablandar a la juventud", también acusaba a los aristócratas que habían participado en la Ópera de la Nobleza de hundir al país, llevando a los comerciantes a la bancarrota y a la ruina a familias enteras. Cansado de luchar contra la competencia de Haendel en Londres, Porpora regresó a Italia al finalizar la temporada de 1736, Farinelli y Porpora, por causas que desconocemos, terminaron alejándose el uno del otro. Durante la temporada siguiente la Ópera de la Nobleza sufrió una crisis económica, Farinelli tuvo que cantar en teatros que no estaban llenos. Todas estas razones llevaron al castrado a aceptar la invitación que la reina Isabel de Farnesio le había hecho para trabajar en Madrid al servicio de la corte de Felipe V, llegando a Madrid en el verano de 1737 y alejándose definitivamente de los escenarios públicos.
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