Vamos a escuchar dos momentos musicales, el inicio del acto segundo de Norma en el cual la protagonista se enfrenta a la terrible decisión de matar a sus hijos (en el que cantar está muy bien pero en la que no menos importante es expresar, resultar convincente y no caer en la mera afectación sentimental o en el desgarro), y el estudio núm. 7 del Op. 25 de Chopin, a ver qué os parece:
Lo que sigue no es ningún descubrimiento de maac, es conocido que entre ambas músicas existe una conexión: el Estudio de Chopin fue compuesto a principios de 1836, poco después de que el compositor hubiera asistido por primera vez a una representación de Norma (diciembre de 1835), Bellini ya no estaba en este mundo. Aquella representación impactó tanto al polaco que, según cuenta Ferdinand Hiller, le llevó a las lágrimas, seguramente un poco por la música y otro poco, quizás, por el recuerdo del desaparecido compositor, con el que había mantenido una sincera amistad. Chopin se basaría en la extraordinaria melodía iniciada por el contrabajo en este comienzo del segundo acto para componer su Estudio para piano.
Otro ejemplo de lo cautivado que se sentía Chopin por la melodía belliniana, es este caso con la intensidad lograda mediante repetición de elementos temáticos a registros cada vez más altos, es la transcripción para piano de la cavatina Casta Diva, si bien me quedo con el primer ejemplo propuesto en cuanto no es un mero arreglo sino la utilización de un fragmento musical para hacer una creación radicalmente distinta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario