martes, 8 de noviembre de 2016

I vespri siciliani (2) - Una introducción a la ópera

Palacio de la exposición universal 1855 (Palais de l'industrie)
en los Campos Elíseos, París, 1854.
Las vísperas sicilianas de Verdi, cuyo título original es en francés, Les vêpres siciliennes, trata de la ocupación de Sicilia por las tropas francesas en el siglo XIII y de los esfuerzos de los sicilianos para conseguir su liberación, la ópera está basada, por lo tanto, en hechos reales, esto no quiere decir que sea absolutamente fiel a los acontecimientos históricos. Pero también tiene su historia de amor, ¡faltaría más!, y trata del reencuentro entre un padre y un hijo.

Fue un encargo efectuado para la Gran Exposición de París de 1855. Verdi, que tenía cuarenta años, era el compositor activo más famoso del momento, Rossini ya no componía óperas, Donizetti ya había fallecido y las óperas de Wagner aún no habían salido de Alemania. Verdi aceptó el encargo a pesar de que las condiciones que exigía París no le gustaban nada (5 actos a la manera de Meyerbeer, inclusión de ballets...), al fin y al cabo era un honor que ante una ocasión tan excepcional se le encargara a él, y no a otro, una ópera, sobre todo teniendo en cuenta que en aquellos momentos la capital artística de Europa, por no decir del Mundo, era París.

Por entonces el compositor estaba obsesionado en componer una ópera basada en El Rey Lear de Shakespeare y ese era el tema que realmente le interesaba, estaba colaborando en él con el libretista Antonio Somma, pero Verdi no creía que el fruto de esta colaboración hubiera salido una buena ópera para París, "es un tema demasiado amplio y sus formas demasiado nuevas y audaces para arriesgarnos aquí, donde lo único que entienden son melodías que se vienen cantando hace veinte años".

El compromiso con París incluía la colaboración con Eugène Scribe, el dramaturgo más prestigioso del momento, quien presentó, a finales de 1953, a la Ópera de París el libreto de Las vísperas sicilianas. A Verdi no le gustaba mucho el libreto, llegó a decir que era ofensivo tanto para los franceses, por la masacre final, como para los italianos, por la traición de los sicilianos; además, su relación con Scribe no fue fácil, a pesar de que había sido la colaboración con Scribe una de las condiciones que había impuesto a la Ópera de París. El libretista no se mostró muy implicado en el proyecto, terminó por no hacer caso a lo que Verdi demandaba, como por ejemplo cambios en el final, ni siquiera se presentó a los ensayos; se ha llegado a decir, siguiendo declaraciones del propio compositor, que Scribe ocultó a Verdi que el libreto de Las vísperas era una adaptación casi al pie de la letra de otro escrito, en colaboración con su ayudante Charles Duveyrier, para la ópera de Donizetti  El duque de Alba (Le duc d'Alba), que el compositor de Bérgamo había dejado inacabada. Al final se demostró que esta historia del desconocimiento de la procedencia del libreto no es cierta, puesto que se descubrió una carta de Verdi fechada en Busseto en 1952 y dirigida a Scribe en la que hacía referencias al libreto de El duque de Alba de Donizetti.  En Les vêpres siciliannes, se sutituía a los españoles por los franceses y a los flamencos por los sicilianos, retrocediendo del siglo XVI al XIII . Y el remate final, que sirvió de excusa para que Verdi solicitara a la Ópera de París que le rescindiera el contrato (si que le debía gustar poco su ópera), fue que la soprano que debía encarnar el papel de Elena, la atractiva Sophie Cruvelli, de espléndida voz y favorita del público de Paris, desapareció durante los ensayos, parece ser que se había ido de viaje con su amante, el baron Vigier, con el que finalmente contraería matrimonio, este escándalo traspasó las fronteras francesas, incluso en Londres se representó una parodia aludiendo a él. Hubo otros intentos de rescisión del contrato pero París no estaba dispuesta a perder su ópera de Verdi

La Ópera de París a mediados s. XIX
Al final la ópera fue estrenada en la Ópera de París (Théâtre de la Académie Impériale de Musique), el 13 de junio de 1855, tuvo éxito tanto de crítica (a Berlioz le encantó) como de público, pero su recorrido no fue muy largo en el tiempo, ese mismo año se representó en Italia en una traducción al italiano supervisada por el propio Verdi, primero en Parma en diciembre de 1855, después en Milán, ya en 1856, ambientada en Portugal y con el título de Giovanna di Guzman, pero también se utilizaron otros títulos según en qué ciudad se representaba, Giovanna di Braganza, Giovanna di Sicilia, Batilde de Turenna, en estas versiones la conspiración de los italianos contra los franceses es sustituida por la del duque de Braganza contra los españoles a mediados del siglo XVII. A España llegó muy pronto, en 1856 se estrenaba en el Teatro del Liceo, después en Madrid y dos años más tarde en el Teatro Principal de Valencia. En París con el tiempo terminó ofreciéndose en italiano y no se recuperaría la versión francesa hasta mediados de la década de los setenta del siglo XX (este dato no lo tengo muy contrastado, la verdad).


Os dejo un enlace a la ópera completa desde La Scala, año 1989, con el siguiente reparto: G. Zancanaro (Monforte), Chris Merrit (Arrigo), Cheryl Studer (Helena), Ferruccio Furlanetto (Procida). Dir. Riccardo Muti.


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