Junto a Orlando, Rinaldo y Giulio Cesare, Alcina es una de las óperas más redondas de Haendel, la calidad de su música es extraordinaria, podemos recordar, a título de ejemplo, arias como Verdi prati..., Ah Ruggiero crudel... Ombre palide..., Ah mio cor!..., Mi lusinga il dolce affetto..., o Tornami a vagheggiar, y cualquiera de ellas se merece pasar por mi bloguera colección de arias favoritas (alguna, de hecho, ya ha estado); sin embargo, en estos momentos, Mio bel tesoro, un aria que canta Ruggiero en el segundo acto, es, con la intervención de dos flautas de pico, la que me lleva el huerto. Es aparentemente muy simple, una hermosa melodía y un delicado acompañamiento para una línea vocal que, aunque no carece de ornamentaciones, no es, ni de lejos, la mejor, ni la más exigente de esta ópera; pero si, permite distinguir perfectamente entre un buen ejecutante y un buen intérprete, el caso es que, vuelvo a recordar, es con la que estos días me voy al huerto, rebosante de pepinos, calabacines, lechugas y tomates.
Propongo dos versiones, la de Ann Hallenberg en el año 2005 con Paul McCreesh y la de Teresa Berganza en Aix-en-Provence en el año 1978 con Raymond Leppard, a ver con cuál os quedáis:
RUGGIERO
Mio bel tesoro, fedel son'io, al ben, che adoro,
all' idol mio prometto fè (ma non a te).
Il caro amante non segue il piede,
e fido resta (ma no con te),
con chi li chiede costante e mesta pace e mercè.
Mio bel tesoro, ecc.
Me gusta más la primera, con perdón por Berganza, pero la verdad es que ahora mismo me quedaría con el huerto, que si llevas todo este tiempo con él, debe estar de escándalo :-)
ResponderEliminarLa verdad es que del huerto me dedico más a gustar de sus frutos que ha cuidarlo, pero todo se andará, que tengo proyectado ir aprendiendo.
EliminarHola, muy buenas.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con todo lo que dices sobre Haendel y su genial tetralogía pero me ha sorprendido que de entre todas las arias seleccionadas de la ópera Alcina, la verdad es que todas ellas maravillosas, te hayas dejado en el tintero la que, a mi modesto entender y creo no equivocarme, es una de las más grandes e inspiradas escrita por su autor y una de las que más profundamente logra emocionarme. Y para convencerte de ello, lo cierto es que la versión también pone mucho de su parte, vete al Spotify, busca un disco que ha grabado Christine Schaefer con los Berliner Barock Solisten y selecciona la última pista, la nº 20. A ver qué te parece.
¡Credete a me!
Ah, y enhorabuena por el blog.
Es verdad, se me escapó "Credete al mio dolore", con esa fantástica participación del violonchelo, ahora no puedo escucharla en la versión que dices pero, sin duda, cuando vuelva de vacaciones, lo haré.
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